Hoy en día es casi imposible evadir las comidas rápidas. Sin
embargo, si quieres salir ayudarte a mantener un peso y una salud sana, es esencial que planees tu rutina
alimenticia de forma tal que la velocidad no se traduzca en peligrosas
calorías.
El concepto de comida rápida (fast food) nació como alternativa facil y practica de
la vida moderna, como un estilo de alimentación en el que el alimento se prepara
y sirve para consumir rápidamente en establecimientos especializados. Por eso,
una excelente forma de enfrentar a la tentación de comer en una sucursal de
cualquiera de estas cadenas es desarrollar una vieja estrategia de batalla:
“conocer al enemigo y aprender de sus tácticas”.
Debido a que el concepto de la comida rápida se basa en
velocidad, uniformidad y bajo costo, se prepara a menudo con ingredientes
formulados para alcanzar un cierto sabor o consistencia y para preservar
frescura. Esto requiere un alto grado de ingeniería del alimento, el uso de
añadidos y las técnicas de proceso que alteran substancialmente el alimento de
su forma original y reducen su valor alimenticio.
Sin embargo, usando tu imaginación, tú puedes transformar
casa uno de los alimentos “rápidos” en su equivalente más saludable. La
siguiente lista de estrellas del fast food, y su versión light puede serte de mucha utilidad.
Pizza. Una excelente versión dietética es utilizar un pan de
pita, si es posible integral, y colocar encima queso desgrasado –cuanto más
cremoso, mejor– y tomates cortados en rodajas. Puedes completar la nueva pizza
con algo de pimienta, orégano o cilantro, depende tu gusto. En el trabajo,
puedes calentarla por unos segundos y tendrás una maravillosa pizza Margarita
para el almuerzo con cuatro veces menos calorías que una versión de cadena
rápida.
Hamburguesa. La reina de la comida rápida, la hamburguesa
también tiene versiones amigas de tu dieta. La primera opción que tienes es
prepararlas en casa. De esta forma podrás elegir carnes bien magras y
prepararlas con ingredientes adecuados a tu dieta. Un perfecto platillo puede
ser una hamburguesa con tomates cherry (esos que parecen daditos), lechuga y
pepinos en vinagre. Si debes comprarlas en el mercado, puedes recurrir a las
hamburguesas vegetarianas, hechas en base a vegetales.
Sándwich. Alimento veloz por excelencia, hay cientos de
versiones de sándwiches que se pueden adaptar a tu dieta. Uno de los posibles
ejemplos es un rico sándwich vegetariano, en base a portobello, cebolla morada
en rodajas, pimientos rojos y algún vegetal verde como la arúgula en pan
integral. La clave es siempre elegir panes integrales.
Taco. La versatilidad del taco lo convierte en una
fantástica opción para tu dieta diaria. Es un platillo mexicano que consiste en
una tortilla doblada o enrollada que puede contener varios tipos de alimentos.
Por eso, dentro de un taco puedes poner literalmente lo que se te ocurra. Una
elección: preparar dos tacos en forma de “wraps” con jamón desgrasado y trozos
de tomate.
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